Babosa terrestre

Las babosas terrestres son un grupo de animales que forman parte de la clase Gastropoda. Dentro de la clasificación científica oficial no existe tal cosa como el grupo de babosas, esta es más bien una clasificación popular o un término que usan la mayoría de las personas para referirse a todos los animales de cuerpo blando y sin caparazón (o con una concha minúscula) que viven en la tierra. Contrario a lo que se puede creer, muchas de las babosas de la tierra son unas criaturas que han evolucionado a partir de los caracoles terrestres, no de las babosas que habitan en el mar. El desarrollo evolutivo de estos moluscos terrestres que carecen de caparazón es un hecho que impresiona a los biólogos y científicos que estudian la evolución de las especies, pues consideran la pérdida del caparazón una desventaja evolutiva, si se tiene en cuenta que una coraza exterior puede proteger de los depredadores y de las condiciones climáticas adversas. Algunas especies de babosas cuentan con pequeñas conchas que no ofrecen ningún tipo de resguardo.

Características

Las babosas que habitan en la tierra se caracterizan por tener una apariencia viscosa y desagradable. La viscosidad de estas criaturas es producida por una mucosidad segregada por la piel. Esta sustancia húmeda les permite a las babosas desplazarse y mantenerse hidratadas. La anatomía de estos moluscos casi siempre tiene una forma alargada. En su cabeza se distinguen dos pares de tentáculos retráctiles que se encargan de procesar la información sensorial táctil, visual y olfativa. La porción prominente que se encuentra detrás de la cabeza de las babosas es llamada manto. En el manto hay una serie de orificios, uno cumple funciones respiratorias (neumostoma) mientras que el otro es usado para excretar y un tercero, que se oculta debajo del manto, cumple funciones reproductivas. Las babosas se desplazan gracias a la porción plana que se encuentra en la parte inferior de su cuerpo y se conoce como pie. Este pie segrega moco y produce contracciones rítmicas que son las que hacen posible la locomoción o el desplazamiento de las babosas. Estos animales son bastante lentos, las babosas más rápidas pueden tardar hasta veinticuatro horas para moverse solo siete metros. Aunque estos moluscos suelen ser descritos como animales carentes de concha, la verdad es que en muchos casos el caparazón se encuentra de forma interna. En otras se observa una pequeña concha, estas “semi babosas” recuerdan a los caracoles en apariencia, pero pueden distinguirse porque su coraza no está del todo calcificada, por eso son traslúcidas y tienen un aspecto frágil. El cuerpo de las babosas terrestres se compone en un gran porcentaje de agua, eso explica el comportamiento nocturno de estos animales y porque es común encontrarlas después de las lluvias. Para conservar la humedad corporal las babosas segregan distintos tipos de mocos. Las secreciones corporales juegan un papel importante para la supervivencia de este animal y cumplen varias funciones:

  • Facilitar el movimiento.
  • Impedir deslizamientos no deseados en superficies inclinadas: ciertas mucosidades cuentan con partículas que impiden que las babosas resbalen de forma accidental.
  • Comunicarse y encontrar pareja: el rastro de moco ayuda a que otras babosas de la misma especie se encuentren y se apareen.
  • Mecanismo de protección: la viscosidad que cubre el cuerpo de estos moluscos puede impedir que algunos animales las atrapen.
  • Inmovilizar a los depredadores: ciertas babosas expulsan una sustancia tan viscosa que puede servir para atrapar a los depredadores que intenten capturarlas.

Alimentación

La alimentación de estas criaturas depende en gran medida de la especie, pero la mayoría de las babosas terrestres tienen una dieta variada. Algunas comen toda clase de vegetales, hojas, flores y brotes. También pueden comer verduras, granos, tubérculos y frutas. Existen babosas que prefieren comer hongos, mientras que algunas son cazadoras activas que se alimentan de caracoles, lombrices, insectos y otras babosas. Ciertas especies son detritívoras y carroñeras.

Reproducción

Las babosas cuentan con órganos reproductivos masculinos y femeninos, pero se reproducen de forma sexual para evitar la autofecundación. Algunos días después de la cópula cada babosa desova cerca de treinta huevos en un lugar seguro y húmedo.

Ecología

Estos pequeños animales son de vital importancia para el mantenimiento del equilibro de los distintos ecosistemas donde habitan porque se encargan de procesar la materia en descomposición. Además, forman parte importante de la dieta de diversos animales terrestres, insectos, aves y peces. Algunas especies basan su dieta casi de forma exclusiva en las babosas. Las babosas no representan un peligro directo para las personas, pero algunas son consideradas plagas porque tienen un apetito voraz y pueden destruir jardines, huertos y plantaciones.