El rebeco también conocido con el nombre de gamuza o sarrio comprende las especies de aspecto casi idéntico: Rebeco cantábrico o sarrio, Rupicapra rupicapra, y Rebeco pirenaico, Rupicapra pirenaica.
El rebeco o gamuza es un mamífero bovino muy parecido a la cabra salvaje, pero de complexión más esbelta y de menor tamaño, hasta 120 cm de longitud y 75 cm de altura en la cruz. Se diferencia también de la cabra por tener las astas muy pequeñas, estos cuernos de rebeco, tanto la especie de rebeco pirenaico y como el rebeco cantábrico, tienen en forma de gancho, y está presente en ambos sexos. La gamuza es inconfundible de entre todos los ungulados caprinos, debido a su cráneo o cabeza que es muy pequeña y además presenta el característico dibujo de manchas negras en forma de antifaz que contrasta con la parte frontal de la cabeza y el cuello con manchas blanca. El pelaje, que es denso y pardo oscuro en invierno, se torna más claro y menos espeso en verano, pero manteniendo una sombra negra en los contornos de su cuerpo. Los pies, perfectamente adaptados a la vida en la montaña, poseen una suerte de membrana entre los dedos que evita que se hunda en la nieve.
El rebeco se mueve con sorprendente agilidad por las pendientes rocosas de las montañas, saltando sin dificultad de un risco a otro y moviéndose con la misma soltura por la espesura del bosque.
Su mayor actividad se registra a primera y última hora del día, pero también muestra algunos hábitos nocturnos cuando hay luz de la luna llena que ilumina los pastos y hábitat por donde se mueve. Suele ser gregario, formando grupos de hembras y jóvenes que pueden llegar a ser muy numerosos. Los machos adultos viven solos y se suman al grupo en la época de celo, produciéndose entonces aparatosas peleas entre ellos por la conquista del rebaño.
El rebeco estuvo a punto de desaparecer, pero en la actualidad su población, gracias a su protección, aumenta cada temporada. Es una pieza cinegética, que es posible cazar sólo con permiso y acompañados por un guarda forestal. Aun así, muchos ejemplares caen abatidos por las balas de los cazadores furtivos.
El rebeco confinado a zonas de montaña, por encima del límite de los bosques, hasta los 2500 metros de altura, bajando hasta los 800 metros de altura en invierno. Son amantes de los bosques escarpados de alta montaña, prados de altura y a menudo visitan las paredes de los peñascos rocosos donde se encuentran pequeñas coníferas.
El rebeco se encuentra sólo en las partes altas de los Pirineos donde encontramos la especie de gamuza R. pirenaica y los Picos de Europa y sierras vecinas la especie R. pirenaica.
El rebeco se alimenta principalmente de hojas de árboles, arbustos y líquenes, variando algo según la estación del año.
Los rebecos macho adulto, a diferencia de los jóvenes que viven en manadas, suelen vivir aislados hasta que se inicia el periodo de celo que vuelven a reunirse para el apareamiento. La época de celo de la gamuza da comienzo en noviembre. Los machos mantienen sus harenes vigilados contra la entromisión de posibles intrusos, y cuando las hembras entran en celo, las fecundan. El rebeco hembra pare en primavera, una sola cría, que queda bajo la protección del grupo hasta la edad adulta.