El delfín mular también llamado gran delfín, delfín mayor o delfín soplador, es la especie de delfín más conocida, por ser la que se exhibe comúnmente en acuarios y delfinarios. Este delfín es dócil y sociable lo que hace que se utilice como especie perfecta en el cine y la televisión.
El delfín mular es mucho más grande que el delfín común, se trata de un delfín robusto, de hasta 5 metros de largo y 300 kilogramos de peso, aunque la mayoría de los ejemplares rondan en torno a los 2-3 metros.
El delfín mular se caracteriza por tener el morro menos prominente que en otras especies afines, con la mandíbula inferior ligeramente más pronunciada que la superior, provista de sendas hileras de hasta 25 diminutos dientes. A diferencia del delfín común, cuyo morro es más corto y ancho y con un ligero surco en la frente.
De coloración casi uniforme gris claro, carece de rayas y manchas, siendo pálido en sus partes inferiores. La aleta dorsal es grande, inclinada hacia atrás y acabada en punta, que delata al animal cuando nada a ras de superficie.
El delfín mular nada a una velocidad 30 km por hora y en mar abierto suelen dejar una distancia entre cada individuo de entre 80 y 100 metros.
La apnea mular alcanza una profundidad de más de 22 metros, esto lo consiguen gracias a la dosificación del oxígeno que lo administran coordinando las pulsaciones. Al bajar las pulsaciones de 110 a unas 45-50 consiguen reducir la presión sanguínea y permite que el oxígeno se distribuya por todo el organismo.
La vista de estos delfines no está muy desarrollada y menos aún su olfato que es casi inexistente.
El delfín mular duerme tras cada comida, el macho lo hace a unos 40 cm de profundidad y una vez al minuto sube para coger oxígeno durante pleno sueño y de forma innata. Por otra parte, la hembra duerme a ras del agua asomando el orificio respiratorio.
El delfín mular es muy social y vive en grupos de una veintena de ejemplares, que recorren juntos las aguas ricas en alimento. Acostumbrados a la presencia humana, siguen comúnmente las bascazas de pesca para devorar el pescado desechado y en no pocos casos rompen las artes de pesca para capturar las presas allí atrapadas, por tal motivo han sido muchas veces cruelmente perseguidos por el hombre. Son muy juguetones y no es difícil verlos saltar con todo el cuerpo fuera del agua, y algunos ejemplares osan acercarse a bañistas y botes de recreo.
Son gregarios y forman grupos de entre 12-36 individuos, no suele haber un jefe muy marcado pero se estima que la jerarquía se deba al tamaño del delfín.
Los delfines mulares por su gran capacidad aprendizaje son fácilmente domesticables y asimilan pronto los “números” que sus domadores les enseñan para ser exhibidos en delfinariums.
El delfín mular está dotado con un lenguaje de comunicación formado por múltiples sonidos que se han podido analizar mediante la grabación de estos y la interpretación de su onda sonora mediante software especializado. Estos estudios han llegado a la conclusión que pueden reproducir el lenguaje humano, pero a una velocidad mucho mayor que los humanos, por tanto, para entender a estos delfines necesitamos analizar a posteriori la grabación de la onda sonora de la mayoría de los sonidos que emiten. Esto indica el grado de inteligencia, que, gracias a la economía del lenguaje y la velocidad de reproducción, solo es descifrable por computadora y algoritmos de espectro de onda. El delfín mular está dotado de un aprendizaje muy superior al de los primates antropomorfos. Es muy posible que si pudiéramos descifrar todo el lenguaje de este delfín obtendríamos más datos e información sobre la vida marina, si además pudiéramos dialogar con ellos nos revelarían información única.
El delfín mular habita en alta mar, y aunque siempre habían frecuentado las costas, la excesiva humanización de éstas ha afectado muy negativamente las costumbres desarrollo de estos bellos cetáceos. Exactamente se unen en pequeñas manadas para vivir en las proximidades de las costas, bahías y estuarios.
Está presente, pero no muy común, tanto en el mar mediterráneo con en el océano atlántico, y es el delfín más abundante.
El delfín mular se alimenta de una rica dieta formada tanto por peces de superficie como de fondo, además de crustáceos y moluscos cefalópodos.
Los delfines mulares se aparean de forma irregular durante todo el año. La gestación se alarga más allá de los 12 meses y la única cría puede ser criada en sus primeros meses por más de una hembra. Alcanzan la madurez sexual a los 10 años.