La medusa de compases, denominada por el zoólogo Linneo como Chrysaora hysoscella y también nombrada como Chrysaora mediterranea por el naturalista Péron y el artista Lesueur, es una especie que pertenece a la subclase Discomedusae. A continuación, te ofrecemos toda la información sobre estas medusas desde sus características, área de distribución, alimentación, reproducción, ciclo de vida y ecología.
Se trata de una de las especies de medusas más comunes que existen. En el pasado se creía que era una criatura con un rango de localización aún más amplio, pero posteriormente se demostró que era confundida con otras especies del género Chrysaora como C. africana, C. fulgida y con otro grupo de medusas del que poco se sabe y que, a falta de más estudios, se llaman de forma provisional: C. agulhensis. La principal característica de la medusa de compases, también conocida como chrysaora mediterránea, es el perfecto patrón marrón en simetría radial que se observa en su campana aplanada. Gracias a ese patrón simétrico se le conoce como medusa brújula, aunque los biólogos explican que en realidad se parece más a otro instrumento de navegación llamado rosa de los vientos. A lo largo de su vida atraviesa por varias fases y cada una de ellas tiene una particular anatomía distintiva. Los rasgos característicos de la especie más conocidos por todos son los de la fase adulta de medusa desarrollada con su campana plana que puede llegar a medir de quince a veinticinco centímetros de diámetro. Su umbrela tiene un color blancuzco translúcido muy característico que, en ocasiones, adquiere una pigmentación amarillenta y que en la parte superior cuenta con el distintivo patrón de brújula, formado por un conjunto de dieciséis marcas amarillas o marrones transparentes con forma de V.
La medusa de compases tiene veinticuatro tentáculos dispuestos en ocho grupos de tres. Estos tentáculos son utilizados por el animal para atrapar a sus presas gracias a las células urticantes que neutralizan a las capturas y a los posibles atacantes. Además de esos veinticuatro apéndices la Chrysaora hysoscella tiene cuatro apéndices llamados por los biólogos especialistas como: brazos orales. Estos brazos son los encargados de tomar los alimentos y llevarlos hasta la boca. se distinguen claramente de los tentáculos externos porque se encuentran justo debajo de la campana y porque son gruesos, transparentes y están formados por capas, como una especie de col o lechuga. Otra característica destacable de esta medusa es que cuenta con ocho órganos visuales que se encuentran entre cada grupo de tentáculos. Esos órganos visuales no son considerados ojos, pero les facilitan la orientación.
Las medusas de la especie Chrysaora hysoscella habitan sobre las columnas de agua. Suelen desplazarse desde los treinta metros de profundidad hasta las aguas próximas a la superficie. Pueden encontrarse en las aguas del Atlántico Norte en las costas de: el Mar Mediterráneo, el Mar del Norte, el Mar Céltico y las costas de Irlanda.
Estas medusas se alimentan de plancton y de invertebrados marinos que capturan en las zonas de los mares que habitan. Los especialistas en vida marina señalan que el mayor depredador natural de la Chrysaora hysoscella es la tortuga laúd.
Esta especie experimenta un desarrollo del tipo metamórfico, lo que quiere decir que a lo largo de su vida atraviesa por varios cambios en su fisionomía. Durante este proceso de desarrollo la medusa de compases tiene dos estadios o fases bien diferenciadas: la fase de pólipo y la fase de medusa. En cada fase tiene un modo de reproducción distintivo. En la fase de medusa se reproduce de forma sexual, cuando los machos liberan esperma en las columnas de agua para que las hembras absorban la esperma y fertilicen los huevos. Los biólogos marinos explican que las hembras son fertilizadas por distintos machos. Los pólipos en cambio se reproducen de forma asexual a través de un proceso de estrobilación.
En los últimos años la población de Chrysaora hysoscella ha experimentado un notable crecimiento. Este crecimiento exponencial de la especie se debe al calentamiento global (las aguas cálidas favorecen la reproducción en su fase de pólipo) y la disminución de ciertos peces que son depredadores naturales de esta medusa. Los biólogos marinos explican que la disminución de la población de peces como consecuencia de la pesca industrial intensiva además de generar un aumento en el número de medusas de los mares también disminuye las posibilidades de vida de los peces supervivientes, pues estas medusas suelen comerse sus huevos y sus alimentos.