El avispón europeo o Vespa crabro es una especie de véspido originario del continente europeo. En la actualidad se reconocen alrededor de siete subespecies. Es la única especie de avispón auténtico del género vespa que habita en el norte del continente americano donde se ha adaptado a las condiciones del hábitat (fue introducido por los colonos europeos en el siglo XVII).
Este avispón puede confundirse en ocasiones con otra especie de véspido (Vespa mandarinia) por su aspecto y coloración. Los entomólogos explican que el avispón europeo es más pequeño que el avispón asiático gigante y ligeramente más grande que las avispas comunes. La reina puede llegar a medir hasta tres centímetros y medio, mientras que las obreras apenas alcanzan los dos centímetros y medio. En el cuerpo de este artrópodo se observa una fina capa de vellos, sobre todo en la zona abdominal y torácica. Las alas tienen un color anaranjado escarlata bastante distintivo y en el abdomen pueden observarse unas franjas amarillas y marrones que en ocasiones se intercalan. Las hembras pueden distinguirse por ser más grandes que los machos y por contar con un aguijón, que era originalmente un órgano ovopositor, pero se ha convertido con el tiempo en un elemento defensivo. Aunque son más pequeños que las hembras los machos destacan por tener antenas más grandes y por tener el abdomen dividido en siete secciones (las hembras cuentan solo con seis secciones abdominales).
La reina de avispón europeo suele poner sus huevos a inicios de la primavera (abril). De esos huevos saldrán las primeras obreras que serán las encargadas de ampliar el nido y conseguir alimentos. A finales de otoño las hembras fértiles se reproducen con los machos (estas son las hembras que formarán nuevas colonias la primavera siguiente). La especie V. cabro cuenta con una particularidad y es que algunas obreras también son fértiles y pueden poner huevos. Los entomólogos explican que se observa un comportamiento de preservación del orden cuando las obreras no fértiles destruyen los huevos que no fueron puestos por la reina.
Los nidos son construidos por las obreras con fibras vegetales (hojas, ramas, trozos de cortezas de árboles) mezcladas con saliva. La especie suele preferir los lugares aislados y oscuros como un tronco hueco de un árbol o un ático abandonado. Cuando no pueden encontrar lugares con escasa iluminación, las obreras fabrican una especie de cortina que bordea al nido para protegerlo de la luz, la brisa y la lluvia.
Las larvas del avispón se alimentan de insectos que son atrapados por las obreras adultas. Los ejemplares obreros se alimentan de savia y néctar. Durante la primavera las obreras cazan de forma activa presas con alto valor proteico, pero durante el otoño no se esfuerzan por cazar, sino que buscan restos de comida, cualquier tipo de carroña o desperdicio de origen orgánico.
El avispón europeo tiene un área de distribución amplia. Se encuentra en el continente europeo, en los territorios británicos y en ciertas zonas de Asia (la especie tiene presencia en Japón). También pueden encontrarse en Norteamérica, especialmente en los Estados Unidos. En años recientes se ha registrado la presencia de nidos en Guatemala (según los biólogos la especie fue introducida de forma accidental).
El avispón europeo tiene una apariencia que puede resultar intimidante para las personas que creen que se trata de un insecto peligroso, por eso sus nidos son destruidos. Esto ha ocasionado un descenso importante en la población del avispón que en algunos lugares se considera en peligro de extinción. Los avispones europeos, a diferencia del avispón gigante asiático, no suponen ninguna amenaza para los humanos ni para las abejas y avispas locales.
La picadura del avispón europeo no es letal, si bien las hembras cuentan con un aguijón y pueden inocular ciertas toxinas, no se tienen registros de muertes producidas por la picadura de este véspido. La mayoría de las víctimas de picaduras se recuperan sin asistencia médica especializada.