El avispón asiático gigante (Vespa mandarinia) es una especie de véspido muy común en Japón. Estos artrópodos voladores tienen una compleja estructura social organizada con el fin de garantizar su supervivencia.
Una particularidad del comportamiento de la especie son los ataques coordinados a las colmenas de otras avispas o de abejas como Apis mellifera (abeja común). Estos ataques del avispón gigante son frecuentes a finales de la temporada veraniega. Los ataques tienen tres fases:
Por esta razón el avispón V. mandarinia es considerado una especie agresiva que puede poner en peligro el equilibrio ecológico de los hábitats que invade. En Japón no representan un mayor peligro porque las abejas del archipiélago japonés han aprendido a defenderse de los ataques de los avispones. La clave del mecanismo de defensa de las abejas japonesas está en que se han vuelto eficientes en reconocer y eliminar a los avispones obreros que asedian el nido en la primera fase. Así impiden que puedan informar a la colonia sobre la posición de la colmena. Para deshacerse de los primeros atacantes las abejas los rodean de forma masiva. Para reducir a un solo avispón se necesitan más de quinientas abejas rodeando al agresor. Esta forma de ataque (formando una bola) evita que el avispón pueda morderlas y aumenta el C02 a un nivel letal para el avispón.
La característica física más destacable de este véspido es su tamaño. La reina de la especie puede medir más de cinco centímetros de largo, y puede tener una envergadura alar superior a los siete centímetros y medio. Los machos, por su parte, pueden llegar a medir hasta tres centímetros y medio de largo. Las hembras y los machos son bastante similares en apariencia, pero pueden diferenciarse por la ausencia del aguijón en los machos. El tamaño del aguijón va de los seis a los diez milímetros, lo que lo convierte en una potente arma capaz de inocular una sustancia que puede destruir los tejidos y en ciertas dosis causar la muerte. La cabeza de estos avispones tiene una distintiva máscara anaranjada en la que se observa unos ojos compuestos y unas antenas de color oscuro. En el abdomen destacan unas bandas o anillos amarillos que se intercalan con un color pardo. El tórax marrón del avispón es la base de las alas traslúcidas y membranosas (muy similares a las alas de las libélulas).
La especie tiene predilección por los nidos del tipo subterráneo. Estos pueden encontrarse en la tierra o en las raíces de los árboles. Las colonias de avispón asiático gigante con frecuencia aprovechan las guaridas de los reptiles y roedores de la zona. La profundidad de los túneles donde viven estos avispones es variable, según registros los túneles más profundos pueden llegar a medir hasta sesenta centímetros.
Esta especie de reproduce a finales de la temporada otoñal. La cópula suele durar unos pocos segundos. Después de aparearse con el macho la hembra reina fertilizada se encarga de buscar un refugio seguro para invernar. Al terminar el invierno la hembra comienza una nueva colonia durante la primavera. Los biólogos describen al sistema de apareamiento del avispón asiático gigante como apareamiento eusocial porque implica la participación colectiva de varios individuos para el desarrollo de las crías. La vida de los avispones es breve.
El veneno del avispón asiático gigante cuenta con una sustancia conocida como péptido citolítico. Esta sustancia puede dañar los tejidos y produce una sensación similar a una quemadura. Estos avispones no solo buscan inocular el veneno utilizando su aguijón sino que también buscan rociarlo en ojos de las víctimas. Una sola picadura del avispón no cuenta con suficientes toxinas para resultar letal en un humano adulto sano, pero varias picaduras continuas pueden producir la muerte. Muchas personas después de ser picadas sufren reacciones alérgicas.
La alimentación de las larvas de V. mandarinia se basa en el consumo de proteínas sólidas proveniente de los insectos que las obreras cazan, desmenuzan y transforman en una pasta. La alimentación de los adultos es diferente a la de las larvas, porque los individuos desarrollados no pueden digerir alimentos sólidos, por eso suelen comer el néctar de ciertas frutas con alto contenido de azúcar y la savia de ciertas plantas.
Aunque se suele asociar con Japón, la verdad es que este avispón habita en buena parte del continente asiático, incluso puede encontrarse en ciertas zonas de Rusia. La especie prefiere las zonas templadas (Rusia, Corea, China, India, Japón) y las zonas tropicales (Tailandia, Vietnam, Camboya). Habita en los bosques y las áreas verdes.
En años recientes se ha detectado la presencia de la especie en territorio norteamericano, concretamente al norte de la Costa Oeste, donde existe un clima y una densa vegetación propicia para el desarrollo de la especie. Esto supone una amenaza para la ecología local y por eso se han dispuesto planes para eliminarlo.
La eliminación de esta especie es prioridad en aquellos sitios donde se considera una especie invasora, por los peligros que supone para los ecosistemas locales. Se han desarrollado distintos métodos de control, pero la eficacia de estos métodos es muy variable. Los especialistas controlan la población de V. mandarinia utilizando métodos químicos como fumigación masiva y envenenamiento (que consiste en la captura de ciertos ejemplares que son alimentados con veneno, el veneno luego se dispersará en toda la colonia a través de las feromonas). También utilizan sistemas de control del tipo mecánico, entre los que se encuentran las trampas o la destrucción de los nidos.
En Japón esta especie es consumida por las personas de diversas formas. Algunos japoneses utilizan al avispón y su veneno para darle carácter y sabor a ciertos licores. También se hornean, se fríen o se usan como base para la preparación de algunos bocadillos tradicionales (como las galletas de arroz con avispones al horno). Las autoridades señalan que muchas de las recetas tradicionales que se preparan con este insecto han desaparecido porque los conocedores de la fórmula ya han fallecido. Alrededor de este véspido en Japón existen varias tradiciones que involucran su cacería y la utilización del nido como elemento ornamental en las viviendas y oficinas.