Víbora cornuda

La víbora cornuda (Cerastes cerastes) es una especie de serpiente Viperidae muy común en la zona norafricana. Este reptil es uno de los más pequeños que pueden encontrarse en la región del norte de África, pueden llegar a medir de entre 28 a 80 centímetros de largo, aunque lo más común según registros de ejemplares es no llegar los 65 centímetros. Como ocurre en otras especies de serpientes la hembra es notablemente más grande que el macho, pero comparten similares características externas. El color de la piel de la víbora cornuda varía en función del lugar donde habita. Es posible encontrar ejemplares con el dorso marrón, rojizo, amarillento o gris pálido, que son colores que pueden funcionar como un camuflaje en los áridos paisajes norafricanos. La zona ventral de esta serpiente casi siempre es blanquecina. La característica más destacable de este reptil son un par de escamas que forman unas protuberancias o cuernos que se encuentran justo sobre los ojos de la serpiente.

Veneno

Aunque el veneno de esta víbora no es tan potente, si se le compara con el veneno de otras serpientes que habitan en el mismo rango geográfico, cuenta con suficientes toxinas como para causar un daño considerable a las personas. En la actualidad la cantidad de información que se maneja sobre el potencial letal de esta serpiente es limitado porque existen pocos casos registrados de mordeduras a humanos. Se sabe que su mordida venenosa puede causar hinchazón, enrojecimiento y dolor local, mareos, náusea, hemorragia y necrosis.

Comportamiento

Se trata de una serpiente que pasa la mayor parte del tiempo oculta, evitando la exposición directa a los abrasadores rayos del sol. Puede esconderse debajo de rocas, arbustos o incluso ocupar las madrigueras de otros animales. También puede enterrarse en la arena dejando solo sus ojos al descubierto. La víbora cornuda es un reptil poco agresivo, pero puede defenderse y atacar si se siente amenazada. Cuando asume una posición defensiva puede emitir un silbido y un chasquido bastante característico para advertir y disuadir. Su forma de locomoción o desplazamiento es lateral. Esta forma de movimiento es bastante común en las serpientes que habitan en el cálido desierto porque así evitan la exposición directa del vientre con la arena caliente. Las horas de actividad de la víbora cornuda varían en función de la temporada, durante los meses más cálidos es más activa por la noche.

Alimentación

La víbora cornuda tiene una alimentación carnívora. Su dieta es bastante variada, puede comer, en función de la disponibilidad: aves, pequeños reptiles y roedores del desierto. A diferencia de otras serpientes que esperan inmóviles a sus presas las víboras cornudas son capaces de recorrer distancias importantes mientras cazan por la noche.

Área de distribución y hábitat

Esta serpiente se encuentra en los desiertos de África del Norte y la península Arábica, que corresponde a los territorios de:

  • Arabia Saudita
  • Egipto
  • Israel
  • Jordania
  • Kuwait
  • Libia
  • Siria
  • Sudán
  • Yemen

Las víboras cornudas tienen una gran predilección por las zonas áridas, arenosas, con pocas rocas. Prefieren las zonas de arenas finas, porque el desplazamiento es más difícil en la arena gruesa y la grava caliente. Aunque esta especie se asocia a hábitats cálidos en realidad se encuentran más ejemplares en zonas con temperaturas menos calurosas, por eso también pueden encontrarse en ciertos oasis y áreas con altitudes superiores a los mil quinientos metros sobre el nivel del mar.

Reproducción y ciclo de vida

Se desconocen muchos detalles relacionados con la reproducción de esta especie. Se trata de una serpiente ovípara que alcanza la madurez sexual a los dos años y que se reproduce a inicios de abril. La cópula tiene lugar bajo la arena. Son animales solitarios que solo se unen para copular. Los machos y las hembras fértiles se encuentran gracias al uso de feromonas. Una hembra puede desovar de ocho a veintitrés huevos. La ovoposición casi siempre ocurre en cuevas y madrigueras abandonadas por otros animales. El tiempo de incubación es variable, en algunos casos las crías eclosionan a los cincuenta días, pero también se han registrado crías saliendo del cascarón después de ochenta días de incubación. No se sabe con certeza cuánto tiempo pueden llegar a vivir estas serpientes en estado salvaje, en cautiverio las víboras cornudas reportan una longevidad superior a los dieciocho años.