El trepador azul es un pequeño pájaro de apenas 14 centímetros de longitud y complexión rechoncha, con la cabeza grande y el pico largo y robusto. Es un ave azulada en sus partes superiores y anaranjado en las partes inferiores, con los flancos pardo-rojizos y unas motas blancas bajo la cola. Mejillas y garganta blancas y una conspicua franja negra a través del ojo. Cuenta con unas potentes uñas que le facilitan el agarrarse mejor del tronco de los árboles.
El trepador azul es un pájaro muy activo, que trepa por los troncos con asombrosa agilidad, tanto hacia arriba como hacia abajo, sin necesidad de servirse de la cola como apoyo, y que suele ser detectado por sus sonoros reclamos.
Emite un resonante “chuuit-chuuit”, amén de otros muchos sonidos, y tiene un canto también muy alto y rechinante, que suena “cui-cui-cui-cui”. A pesar de vivir en la espesura de los bosques, es poco espantadizo ante la presencia del hombre. Viven en parejas o grupos familiares, y especialmente en invierno se adhiere a bandos de carboneros y reyezuelos para buscar alimento.
Para romper los durísimos cascarones de ciertos frutos el trepador azul los coloca en hendiduras de la corteza y los golpea repetida y frenéticamente con el pico hasta partirlos, sin sufrir por ello la más mínima lesión.
Confinado a bosques, especialmente caducifolios: hayedos, robledales y alcornocales, con muchos árboles maduros, no desdeña, sin embargo, los bosques de coníferas, sobre todo abetares. Presente en áreas montañosas desde los 500 hasta los 1800 metros de altura. También en grandes parque y jardines.
El trepador azul se distribuye en áreas boscosas de las sierras montañosas de toda la Península, siendo algo más común en el Cantábrico, Centro y Pirineos.
El trepador azul se alimenta cazando una gran diversidad de insectos pequeños que captura tanto en los árboles como en el suelo, completando su dieta con semillas, frutos secos, en especial hayucos y los frutos del arce, roble y abeto. Para facilitar la digestión consume también gran cantidad de arena.
El trepador se empareja desde finales de febrero y las parejas lo son de por vida. Construye el nido en cavidades de los árboles, utilizando tierra arcillosa para revestirlas. La puesta consta de 5 a 9 huevos y la incubación dura hasta 15 días. Los pollos crecen rápidamente y en cuanto son capaces de volar, abandonan el nido.