Las típulas, también llamadas mosquitos gigantes, son unas especies de insectos que forman parte de la familia Tipulidae. Su aspecto, aunque recuerda a los mosquitos, pero de dimensiones mucho más grandes, son totalmente inofensivos ya que en realidad no son mosquitos. Se cree que las típulas o tipúlidos aparecieron por primera vez en el periodo cretácico. Son uno de los grupos de insectos voladores más numerosos. Según los entomólogos especialistas, existen más de quince mil especies y subespecies organizadas en quinientos veinticinco géneros y subgéneros. Existen ciertas discrepancias en la comunidad científica con respecto a la posición filogenética de los tipúlidos y su origen. Se han realizado distintos estudios genéticos y moleculares y aún no se sabe con certeza cuál es el origen de los insectos Tipulidae. Algunos especialistas afirman que las típulas tienen su origen en una división temprana de la rama de los insectos Diptera que pudo ocurrir en conjunto con la rama de los Trichoceridae.
Los tipúlidos son insectos voladores de tamaño medio que pueden llegar a medir típicamente de uno a seis centímetros y medio (aunque existen ejemplares en la zona tropical que pueden crecer hasta los once centímetros de largo). Se caracterizan por sus patas alargadas y finas y sus grandes alas membranosas en las que puede distinguirse con claridad el patrón o dibujo que forman las venas. El hocico de estos artrópodos alados es alargado y puede recordar la zona rostral de los mosquitos. La zona torácica de la típula tiene una característica forma de “V”. Existe el dimorfismo sexual en la especie y puede observarse en el tamaño del abdomen. Los machos tienen un abdomen aplanado mientras que en las hembras se observa un abdomen más amplio. La variación se debe a que las hembras transportan sus embriones (huevos) en la cavidad abdominal. En algunas especies el abdomen de la hembra tiene una terminación puntiaguda, que puede recordar a un aguijón o algún elemento punzante defensivo, pero se trata de un instrumento ovopositor que no sirve para atacar ni defenderse. Otra característica distintiva de los falsos mosquitos gigantes son los grandes ojos compuestos. Aunque estos insectos cuentan con alas de gran tamaño su habilidad para desplazarse con ellas es bastante limitada, de hecho, las alas son tan delicadas que suelen perderlas con facilidad. Los biólogos explican que esto no constituye una desventaja, sino que se trata de un rasgo evolutivo, la pérdida de las alas es utilizada para disuadir a los posibles depredadores.
No, la típula o mosquito gigante no es peligroso, no puede picar ni morder ya que no posee aparato bucal del tipo perforador como el mosquito. No representa un peligro para las personas o animales, ya que se trata de un insecto no venenoso, pero sus larvas sí que pueden ser peligrosas para los cultivos. En algunos lugares es considerado una auténtica amenaza para las plantas. La típula en algunas zonas agrícolas de Europa se considera un peligro para los cultivos porque las larvas viven en el suelo y se alimentan de las raíces de plantas de todo tipo como hortícolas, alfalfas, hiervas, césped y gramíneas. Las larvas de típula también pueden dañar grandes cultivos de cereales, impedir el crecimiento de árboles frutales y eliminar plantas ornamentales.
No, lo que ocurre es que su pico alargado y la terminación abdominal puntiaguda (en el caso de las hembras) les da una apariencia de mosquito, pero este es un falso mosquito gigante que no pica. De hecho, científicamente tampoco es un mosquito. Existen algunas leyendas urbanas que afirman que la típula tiene veneno en su organismo, pero eso es falso.
Los adultos de la especie tienen un ciclo de vida que puede durar de diez a quince días. Las hembras en cuanto concluye la fase de pupa, ya cuentan con huevos maduros en su abdomen, en muchas ocasiones se aparean enseguida si en la zona hay machos disponibles. La cópula de estos insectos puede durar horas y muchas veces tiene lugar durante el vuelo. Una vez ha concluido el ritual de apareamiento, la hembra deposita los huevos en tierra blanda o sobre plantas o algas húmedas. Algunas incluso pueden poner sus huevos en el agua o en la tierra seca mientras que otras no se esmeran por buscar un lugar específico para depositar sus huevos, sino que los dejan caer durante el vuelo. Los huevos de estos insectos voladores por lo general son de un color parduzco y cuentan con un filamento que sirve como un ancla cuando el huevo es depositado en ambientes acuáticos. Las larvas de la típula son cilíndricas y pueden vivir en distintos tipos de hábitats: tierra, agua dulce y agua marina. Se alimentan de algas, materia vegetal descompuesta y pequeñas plantas, las larvas de ciertas especies pueden ser auténticas depredadoras.
Una particularidad de estos insectos es que tienen una gran capacidad para adaptarse a cualquier tipo de hábitat. Por eso los adultos pueden vivir en ambientes acuáticos o terrestres, aunque las larvas se han encontrado en una enorme variedad de ambientes. Los biólogos explican que las larvas de las típulas tienen un rol importante en el mantenimiento de la fertilidad de los suelos porque procesan materia orgánica y propician la actividad del tipo microbiana. Las típulas en su fase larval y adulta constituyen parte importante de la dieta de ciertas especies de distintos animales (insectos, arácnidos, anfibios, peces, aves e incluso de ciertos mamíferos). Con frecuencia se dice que la típula en su fase adulta puede comer insectos, pero los entomólogos especializados en el estudio de este artrópodo señalan que es físicamente imposible que la típula adulta pueda matar o comer insectos. La verdad es que la mayoría de las especies de tipulidae en la fase adulta no comen, mientras que un grupo reducido se alimenta ocasionalmente de néctar. Este hábito alimenticio tan frugal de estos insectos se explica porque cuenta con un ciclo vital muy corto. Las típulas pasan la mayor parte de su vida adulta buscando pareja y reproduciéndose. Los machos desde el instante en que dejan la fase pupal se dedican a caminar y a volar para encontrar hembras con las que aparearse.