Las ranas y los sapos son unos animales que pertenecen a la categoría de los anfibios anuros. En esta entrada compartimos información relacionada con los sapos y las ranas:
¿Qué son los sapos y las ranas? Los sapos y las ranas son animales anuros, que en griego antiguo significa “sin cola”. Científicamente son animales del mismo orden y por ello comparten la siguiente clasificación taxonómica:
Es decir que el sapo y la rana son especies de la misma categoría biológica. Aunque también existen diferencias entre especie y especie.
Antes de hablar de las diferencias que hay entre las ranas y los sapos, es necesario recordar algo que los investigadores, biólogos y especialistas en animales anfibios señalan con frecuencia y es que: la ciencia no hace distinciones entre las ranas y los sapos. De hecho, la taxonomía de estos animales es idéntica, con la excepción de las familias donde se ubican a ciertas especies de sapos.
La división entre sapos y ranas es hecha por la cultura popular, basada en:
Esta categorización popular de estas especies de anfibios basada en las características y los rasgos físicos más visibles en ocasiones puede dar origen a confusiones. Y es que existen ranas que a simple vista parecen sapos y viceversa. Por eso en ciertos lugares del mundo para poder saber con certeza de que anurido se trata sería necesario:
Las diferencias que se suelen tomar como referencia para distinguir a las ranas de los sapos son las siguientes:
Lo cierto es que estos rasgos físicos pueden resultar poco útiles en ocasiones, sobre todo en algunos casos donde se trata de anuros con particularidades engañosas, es decir: ranas que parecen sapos o sapos que parecen ranas. Por eso la distinción no es muy clara. Los mismos especialistas aseguran que no es tan fácil distinguir entre los sapos y las ranas y agregan que se debe tener en cuenta que: “Todos los sapos son ranas, pero no todas las ranas son sapos”.
Un ejemplo de anurido con características físicas que pueden resultar engañosas son los anfibios del género atelopus. Estos anfibios tienen los siguientes rasgos:
Además habitan en las zonas pantanosas y cerca de los ríos y riachuelos, por lo que, según la división o caracterización que se hace basados en los rasgos físicos, tendríamos que los individuos del género atelpus son ranas, cuando la verdad es que las 96 especies de los anfibios atelpus son sapos.
Los entusiastas de los anfibios con frecuencia se preguntan: ¿Cómo son las ranas?, ¿Cuáles son las particularidades de los sapos? Por eso en este apartado describimos las características de los anuros.
Una característica física que es común tanto en las ranas como en los sapos y que resulta muy propia del género es su cuerpo sin cola. Este detalle anatómico resulta curioso pues cuando se encuentran en desarrollo, concretamente en la fase de larva o renacuajo, cuentan con este apéndice posterior.
Otro rasgo anatómico de esta criatura, que la diferencia de otras especies es su columna vertebral, que es corta y cuenta a penas con diez vértebras. Esta particularidad fisionómica, junto con la ausencia total o parcial de costillas les otorga su forma distintiva de cuerpos cortos y cinturas estrechas.
Las características de las piernas y las patas de los anuros varía de especie a especie. Los especialistas señalan que el entorno ha jugado un papel importante en la evolución y adaptación de las extremidades de las ranas y los sapos, pues estas criaturas habitan en distintas áreas con condiciones ambientales muy específicas.
Aquellos anfibios anuros que, para asegurarse la subsistencia en el entorno, precisaban de piernas potentes y ágiles que les permitieran desplazarse saltando sufrieron cambios en su estructura ósea, así se modificaron huesos como:
Algunas de estas piezas óseas llegaron a fusionarse en un hueso único lo que les permite a las ranas desplazarse con saltos y absorber el impacto sin consecuencias.
Las patas de estos animales son un perfecto ejemplo de la gran influencia que tiene el entorno en la fisionomía de las criaturas. Los anuros que habitan en las zonas húmedas cerca del agua tienen en sus patas lo que se conoce como membrana interdigital que es una porción de tejido que se encuentra entre los dedos y hace las veces de aleta, esta permite a las ranas desplazarse con facilidad en la superficies mojadas. Las ranas arbóreas, por su parte, cuentan con dedos de gran agarre. En cambio aquellos anuros que viven en entornos secos y planos tienen patas pequeñas y fuertes que les permiten excavar y desplazarse.
Estos anfibios tienen órganos sensoriales muy desarrollados. Los ojos de los anuros son grandes y aunque el tamaño, el color y la forma del iris varía de especie a especie, en todos los casos tienen un campo visual muy amplio. Esto les permite tener una excelente visión periférica y panorámica, pero una pésima visión de los objetos que se encuentran cerca, lo que en parte condiciona el comportamiento de estas criaturas. Esto no quiere decir que su sentido de la vista sea malo, al contrario, los científicos han demostrado que las ranas pueden ver en colores, incluso en condiciones de baja luminosidad.
Los anuros carecen de orejas porque su tímpano se encuentra expuesto y es un círculo de piel que se encuentra detrás de sus ojos. Esta ubicación de la membrana timpánica les permite escuchar tanto dentro como fuera del agua. El sentido de la audición es importante para estos anfibios pues se comunican a través de sonidos.
Se puede decir que los anuros tienen varios tipos de respiración. Cuando son renacuajos y apenas se encuentran en las primeras fases de desarrollo no tienen pulmones, pero cuentan con branquias por lo que llevan a cabo una respiración branquial.
Cuando crecen, la gran mayoría de estos anfibios (con excepción de la rana de la especie barbourula kalimantanensis), desarrollan pulmones, pero dadas ciertas particularidades anatómicas (ausencia de costillas y de músculos torácicos) llevan a cabo una forma de respiración llamada bombeo bucal. Además de esto la piel de estas criaturas permite el paso del oxígeno por eso cuando se encuentran en el agua y en entornos húmedos realizan lo que se conoce como respiración cutánea.
Las ranas y los sapos se encuentran en todos los continentes del planeta salvo en el continente antártico, en ciertas regiones desérticas con climas extremos y algunas islas e islotes alejadas de las grandes plataformas continentales. Dadas sus particularidades fisionómicas estos animales suelen encontrarse en mayor proporción en las zonas tropicales del mundo cerca de los humedales, en charcas, ríos y lagunas. Los especímenes del tipo arbóreo habitan en los árboles. También hay anuros terrestres e, incluso, especies que viven bajo la tierra.
Las ranas y los sapos son depredadores y su principal fuente de alimentos son los insectos, también suelen cazar a ciertos invertebrados como lombrices y caracoles. Para atrapar a sus presas se valen de su lengua elástica.