La musaraña común es un minúsculo mamífero, del orden de los insectívoros, algo menor que un ratón, alcanza a duras penas los 8 centímetros de cuerpo, incluida la cabeza, y unos 5-6 centímetros de su finísima cola. La musaraña común tiene un cuerpo rechoncho y cuello corto. Su hocico pronunciado a modo de trompeta flexible esta desprovisto de pelaje en su extremo y además está armado de largos bigotes. La musaraña tiene unos ojos diminutos y en proporción con su cabeza y cuerpo tiene orejas grandes y redondeadas. La cola, más corta que en otras musarañas, ostenta largos pelos en hileras. La coloración del dorso es gris oscura o negra y la de las partes inferiores es blanca.
La musaraña común es activa tanto de noche como de día, es en el alba y al atardecer cuando registra una mayor movilidad. A pesar de su reducido tamaño, se trata de un animal muy voraz y agresivo, que se defiende con valentía de sus muchos enemigos. Dispone de unas glándulas a ambos lados de su cuerpo de las que expulsa un olor repelente capaz de ahuyentar a sus posibles agresores. No obstante, ante enemigos tan eficaces como rapaces y mustélidos, su única escapatoria es ocultarse en sus madrigueras o tratar de pasar inadvertido entre la hojarasca.
La Crocidura russula por regla general tiene una esperanza de vida de entre 15-22 meses y muy rara vez sobrepasan los 2 años.
El hábitat de la musaraña común es una cierta diversidad de ecosistemas, en especial áreas abiertas, campiñas, huertos, cultivos, márgenes de bosques y laderas poco arboladas, y sobre todo en invierno se acerca a los poblamientos humanos en granjas y jardines. Rara vez sube más allá de los 1000 metros de altura.
La musaraña común se alimenta fundamentalmente de pequeños insectos y sus larvas, arañas, gusanos, pequeños moluscos e incluso excrementos y materia vegetal en descomposición. Cada día consume una cantidad de alimento equivalente a su propio peso y no resiste estar más de 3 días sin comer.
Las musarañas se reproducen de 1-3 veces al año, con un máximo de 5 crías por parto. La gestación dura casi un mes y las crías, que nacen ciegas y sin pelo, a los 8 días abren los ojos por primera vez y a los 25 días, finaliza la lactancia, pueden ya valerse por sí mismas, aunque permanecerán cerca de sus padres algún tiempo más.