La lechuza blanca, Tyto alba, es una bella y misteriosa rapaz nocturna. También denominada lechuza común europea, es un ave discreta, de vuelo silencioso, de llamativo plumaje, símbolo de la sabiduría, que equilibra la población de roedores en el territorio donde habita.
Esta especie de lechuza mide unos 35 centímetros de longitud y hasta 150 gramos de peso en el caso de la hembra, que es ligeramente mayor que el macho.
La lechuza blanca tiene un aspecto general muy pálido, y las partes superiores de color ocráceo-amarillento con manchas grises y pardas en las alas, y las partes inferiores de un blanco puro, salpicado de finas motas en los flancos. La lechuza común tiene una cabeza redonda con la cara chata, blanca y en forma de corazón.
La lechuza blanca tiene los ojos negros, el pico diminuto y carece de ‘orejas’ visibles. Sus ojos, grandes, negros y de penetrante mirada constituyen su primera arma para ver y moverse en la oscuridad. Los ojos de la lechuza común retienen la poca luz que les llega durante una noche nublada sin luna, y aunque nuestro ojo no perciba luz alguna en esa situación, la retina de sus grandes ojos rica en células cilíndricas que son las responsables de captar la luz hace que su visón, en escala de grises, sea más sensible y reveladora de relieves, formas y movimientos de objetos.
En la nocturnidad la lechuza reposada sobre un árbol, un muro de un cementerio o en un tejado de un pajar, realiza movimientos constantes de cabeza de nada menos que 270 grados con su cuello para compensar así su reducido campo de visión. Esta reducida mobilidad se debe a la disposición frontal de sus ojos, por tanto, con esos movimientos de cuello puede controlar cualquier agitación o actividad que se encuentre a su alrededor.
Alrededor de la cabeza y en la cara frontal se encuentran los denominados discos faciales en forma de corazón, que son pequeñas plumas con una estructura y color distinto al resto del cuerpo y que forman esa apariencia acorazonada. Los discos faciales de la lechuza blanca tienen el cometido de recoger y dirigir los sonidos hacia el oído externo que se sitúa alrededor de estos discos y tienen forma de pliegues en forma de oreja cubierta de plumas.
Las patas son largas y los dedos están provistos de poderosas garras.
La lechuza común es un ave solitaria generalmente silenciosa que posee un amplio repertorio de sonidos, entre agudos silbidos y ronquidos que pueden parecer humanos con los que ha espantado a más de uno.
Tyto alba tiene un vuelo lento y elegante, de profundos aletazos y por la noche el blanco de sus alas le aporta una imagen no poco fantasmagórica. Activo desde el anochecer, durante el día rara vez sale de su escondite.
La lechuza blanca, por los sonidos que emite, por la curiosa coloración de su plumaje, así como por sus hábitats, es un ave de la que se han contado muchas leyendas, pero lo cierto es que es muy beneficiosa para el hombre dada la enorme cantidad de roedores que consume.
Antiguamente, incluso hoy en día, a las lechuzas se les consideraba malditas y misteriosas, objeto de infundios y maledicencias. Los sonidos que emiten le juegan una mala pasado, ya que hacían pensar que, por ejemplo, en los cementerios habían fantasmas o muertos con vida, desde sonidos en mitad de la noche como ¡aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh! que parecían susurrados por un humano, hasta vuelos bajos y totalmente silenciosos en forma de batas blancas deslizándose por el cielo. En algunas tradiciones rurales, además de matarlas, incluso llegan a colgarlas para advertir a la especie de que nos son bienvenidas.
La lechuza blanca se alimenta casi exclusivamente de roedores, en especial ratas y ratones, pero también pequeñas aves, reptiles, anfibios e incluso peces.
Debido a sus efectivas garras la lechuza blanca las atrapa de forma eficaz y van a parar de forma integra a su estómago. Dentro de su estómago los potentes jugos gástricos se encargarán de deshacer por completo todos los tejidos exceptos los más duros como el pelo y los huesos, por ejemplos de los ratones.
Estas partes no comestibles de sus presas, como huesos, escamas, espinas y pelos, las vomita en forma de pequeñas pelotillas, que se conocen con el nombre de egagrópilas y que los científicos utilizan para discernir la dieta alimenticia de estas aves.
La velocidad tanto de deglución como de digestión son un record. Puede digerir un ratón de campo en menos de una hora.
La lechuza blanca anida en casas abandonadas, campanarios, pero también en árboles. La puesta consta de hasta 5 huevos. La hembra se vuelve muy agresiva durante la incubación, que dura un mes. Los pollos, nidícolas, necesitarán del cuidado de sus padres durante un tiempo de 2 meses.
El hábitat de la lechuza blanca, al ser una especie de origen rupícola, se ha adaptado a vivir en las construcciones humanas como casas abandonadas, ruinas, graneros, campanarios de iglesias, pero también en roquedos, acantilados e incluso en pequeños bosques.
Esta ave rapaz no es muy abundante y se encuentra repartida por toda la península ibérica y Baleares.