El comportamiento de las avispas y las abejas suelen causar mucha confusión. Una duda frecuente relacionada con estos himenópteros tiene que ver con la picadura. Todos sabemos que las avispas pican, pero muchos tienen dudas acerca del potencial defensivo y ofensivo de estos artrópodos depredadores. Por eso, algunas personas se preguntan si las avispas pican o muerden.
Los biólogos especializados en el estudio de estos insectos afirman que las avispas además de picar también pueden morder. Las avispas muerden, pero la mordedura de avispa en la mayoría de los casos está reservada a sus presas. Las avispas también suelen morder a ciertos atacantes y especies invasoras que se acercan a su nido, según explican los entomólogos, en esas circunstancias es más fácil, para las avispas, repeler a los invasores mordiéndolos. Según los especialistas, no todas las especies de avispas pueden morder y las que lo hacen solo muerden a los insectos que capturan para comer. Son muy raros los casos en los que las avispas muerden a los humanos. Esto tiene una explicación sencilla y es que una avispa tiene mayor posibilidad de sobrevivir si ataca a un humano con su aguijón. El picotazo de avispa es más rápido y esa forma de ataque le da cierto margen de tiempo y maniobrabilidad para atacar de nuevo o escapar. Por su parte, la mordedura deja a la avispa más expuesta y eso reduce sus posibilidades de sobrevivir ante una eventual defensa de la víctima humana. Eso sin contar con que la mandíbula de las avispas no tiene la suficiente fuerza para causar un daño considerable en la piel humana, de hecho, en algunas zonas del cuerpo humano una mordedura de ciertas especies de avispas resultaría inofensiva. Los entomólogos también afirman que algunas especies de abejas pueden morder a los parásitos e invasores que se acercan a su colmena. Se especula que algunas especies de insectos himenópteros podrían segregar una saliva en la que se encuentran algunas toxinas con potencial venenoso, pero no existe suficiente evidencia al respecto. La saliva de las avispas adultas tiene varios propósitos, además del digestivo es muy usada por estos insectos para construir sus nidos, pero no existe suficiente evidencia que demuestre que la saliva de las avispas tiene algún valor defensivo.
La picadura de la avispa y la abeja se diferencian principalmente porque una abeja puede picar una sola vez antes de morir. Una abeja después de picar muere porque pierde su aguijón (el aguijón se queda alojado en la piel de la víctima). Las avispas, por su parte, tienen la capacidad de extraer su aguijón de la piel de sus víctimas y por eso pueden picar de forma repetida. Otro elemento que diferencia a la picadura de la avispa y la abeja es el veneno. Las avispas cuentan con toxinas capaces de producir más reacciones adversas. Los entomólogos afirman que son las toxinas que inoculan estos insectos las que hacen que las víctimas sientan un dolor intenso. Sin el veneno, el dolor y el daño físico causado por el aguijón sería insignificante.
Aunque el ataque de una avispa con su aguijón puede parecer algo sencillo, los biólogos demuestran que una vez que el veneno de estos insectos entra en el torrente sanguíneo de la víctima, comienzan a ocurrir una serie de procesos complejos a nivel celular. Los péptidos y las enzimas actúan de forma inmediata, estos se encargan de descomponer las membranas celulares enviando una señal de dolor al cerebro. Solo con los péptidos y las enzimas el dolor causado por el veneno de la avispa sería muy pasajero, por eso la toxina de la avispa también cuenta con una sustancia conocida como norepinefrina. La norepinefrina se encarga de detener el flujo sanguíneo. Con el torrente sanguíneo paralizado el veneno tarda más tiempo en diluirse, en consecuencia, la sensación de dolor es más intensa y duradera (el dolor permanece hasta que la sangre diluye por completo las neurotoxinas). Además, en el veneno de las avispas se encuentran dos componentes conocidos como: hialuronidasa y péptido desgranulador de mastocitos. Estos dos compuestos tienen una función específica, se encargan de propagarse a través del tejido conectivo de otras células, lo que produce el enrojecimiento, la hinchazón y comezón tan característica de la picadura de muchos insectos.