La iguana marina de Galápagos (con nombre científico Amblyrhynchus cristatus) es una criatura curiosa debido a pertenece a la familia Iguanidae y es un réptil que depende completamente del ambiente marino, y es que obtiene su alimento a través del mismo. Este iguánido exclusivo de las islas Galápagos ha conseguido persistir en su hábitat gracias al aislamiento y el bajo nivel de depredación en su distribución geográfica, por desgracia en la última década se ha ido mermando la especie gracias a la actuación del hombre y a la introducción artificial de otras especies que depredan a las iguanas marinas.
Si te interesa conocerlo todo sobre este animal, te invitamos a seguir leyendo:
Tal y como se puede deducir por su nombre, la iguana marina tan solo la podemos encontrar en las Islas Galápagos. Por tanto, podemos afirmar que las iguanas marinas de los galápagos viven de forma natural en dicho archipiélago del océano pacífico perteneciente a Ecuador y a 990 km de la costa de dicho país.
Prefieren vivir en las inmediaciones de la costa, ya que necesitan tanto la tierra como el agua para asegurar su supervivencia. Cómo ya hemos comentado, necesitan la luz del sol para regular su temperatura, lo que hace que no se puedan alejar mucho de la tierra. Se desplaza de islote a islote nadando de forma ágil.
También necesitan salir del agua para expulsar la sal que irán acumulando al estar en el medio marino. Por fortuna, cuentan con unas glándulas nasales especiales que facilitan la expulsión (esta la harán mientras se están alimentando).
Los encontramos alrededor de las playas y marismas y son más activos durante el día.
Al echar un vistazo a la iguana marina de las islas galápagos es normal pensar que se trata de un depredador, que incluso podría hacernos algún daño. Tienen dientes y garras afiladas, por lo que se asume desde el primer momento que consume carne.
Pero no es así: de hecho, necesitan los dientes y las garras para rasgar su alimento, que no es otra cosa que las algas que se quedan adheridas a las rocas.
Su hocico también está preparado para que puedan encontrar alimento con mayor facilidad: es liso y fino, permitiéndole poder acceder entre las grietas más recónditas de las rocas y así conseguir las algas más escondidas.
Las algas que consumen son más abundantes en la estación de primavera y verano, por lo que suelen aprovechar esta época del año para almacenar la grasa que necesitarán en el resto de estaciones. Cuando llega el otoño y el invierno, como suele haber escasez de algas, suelen usar esa grasa para sobrevivir.
La reproducción de las iguanas marinas de Galápagos es ovípara (a través de huevos).
Los machos se verán atraídos por unos fuertes olores que emitirá la hembra, lo que les indicará que es el momento del apareamiento. Una vez que se han apareado, cada miembro seguirá su camino.
Mientras que la iguana marina macho buscará otras hembras con las que aparearse, la hembra tendrá que buscarse la vida para hacer el nido. Para ello, utilizará diferentes materiales que vaya encontrando.
Buscará mucho hasta encontrar el lugar perfecto en el que colocar el nido. Necesita un lugar que esté libre de depredadores, además de un sitio cálido para que los huevos tengan el calor suficiente como para salir (de lo contrario, no sobrevivirán).
La labor de la iguana marina hembra terminará en el momento en el que haya colocado los huevos: una vez lo haya hecho, se irá. Cuando la iguana marina nazca, esta tendrá que sobrevivir por su cuenta, sin nadie que le ayude.
El comportamiento de la iguana marina de galápagos está condicionada a la temperatura que haga en ese momento. En las aguas del océano, lugar en el que ya hemos visto que encuentran las algas que necesitan para sobrevivir, suele estar bastante fría. Cómo el lagarto no puede regular su temperatura, necesitará volver al sol para regular su temperatura;es decir, que necesita el sol para vivir.
Si bajan las temperaturas, el carácter de la iguana cambiará: se mostrará mucho más agresivo. En el caso de que se sienta amenazado no huirá, si no que se quedará y preferirá morder o rasgar que perder las energías huyendo.
De la misma forma, si su temperatura corporal es baja, la iguana marina no tendrá mucha energía, por lo que será más susceptible de ser devorada por algún tipo de depredador.
Algunas teorías podrían explicar la evolución de la iguana marina de las islas galápagos tras sus más de 240 millones de años de estancia como lagartos en la Tierra, dicha cifra ha sido contrastada por el fósil de lagarto más antiguo encontrado en la Tierra. A día de hoy, no se sabe cómo fue la adaptación de la iguana marina, si del mar a la tierra o viceversa. Algunas teorías sostienen que en un momento del tiempo tan solo vivieron en el agua, para después desarrollar apéndices que le permitirían sobrevivir en tierra.
Pero también hay otras teorías que indican lo contrario: estas sostienen que en el pasado fue un lagarto muy grande que desarrollaría aletas dorsales, pudiendo sobrevivir en el agua y así evitar extinguirse.
Gracias a estas aletas, la iguana marina se impulsa y al mismo tiempo puede permanecer bajo el mar realizando una apnea que puede durar más de 55 minutos, tiempo suficiente que empleará para recoger algas que necesita para nutrirse. Aunque son animales de sangre fría, todo su cuerpo se adapta a las temperaturas del océano, aunque no por demasiado tiempo.
También tienen glándulas de captación de sal en las narices que expulsarán mientras se alimentan. Una teoría establece que esta sal cae sobre sus cabezas, de manera que esta se tiñe de un característico color gris-blanco.
Ahora ya sabes más sobre la iguana marina de las Islas Galápagos, un animal fascinante.