El halcón común o peregrino es el falcónido mayor de las 6 especies de esta familia que se pueden encontrar en Europa. Es un ave de complexión robusta, de alas alargadas y puntiagudas y cola corta.
Puede alcanzar los 50 centímetros de longitud y una envergadura, con las alas desplegadas, de entre 80 y 110 centímetros. La hembra es apreciablemente mayor que el macho, como mínimo 5 centímetros más y 300 gramos más sobre el peso de éste, que está entre 600 y 800 gramos.
El halcón peregrino adulto presenta la cabeza color pizarra oscuro, con una marcada bigotera del mismo color. El dorso es gris azulado, la garganta blanca y el pecho también blanco, con barras negras. El joven es pardo oscuro por encima y ocráceo en las partes inferiores.
El halcón está considerado la más veloz de las aves y por esta razón ha sido muy usado en cetrería.
El halcón peregrino ocupa un hábitat muy variado, desde campos abiertos, estepas, matorrales y marismas, a riscos de montaña, bosques claros y acantilados marinos.
A causa del uso indiscriminado de pesticidas su población ha sido reducida de una forma alarmante. Es sedentario en Europa con núcleos de población dispersos por toda la geografía.
La dieta del halcón peregrino la componen casi exclusivamente aves que caza siempre en vuelo, valiéndose de su formidable rapidez. El tipo de presa varía en función del biotopo donde se encuentra, e incluye desde palomas domésticas a toda clase de ánades, abubillas, córvidos, perdices, pequeños pájaros y hasta aves del tamaño del ganso.
La técnica de caza, muy depurada, cosiste en dejarse caer sobre la presa, con un picado en vertical, alas plegadas, en el que puede alcanzar la escalofriante velocidad de 400 kilómetros por hora.
El halcón común no construye nido. Cría en las cornisas de los riscos de montaña más inaccesible. Sólo ocasionalmente en árboles y en edificios abandonados. Las puestas tienen lugar de principios de marzo a finales de abril y constan de 2 a 6 huevos blanquecinos densamente moteados. La incubación dura unos 30 días y la realiza la hembra. Las crías, nidícolas, empiezan a volar a los 40 días de la eclosión, aunque permanecerán un mes más con sus padres.