El dragón volador común, Draco volans, es un agámido arborícola que forma parte de la familia Agamidae y del género Draco. Es una especie de reptil perfectamente adaptada a la vida arborícola con una cualidad única: se puede dejar caer de árbol en árbol realizando pequeños planeos con sus “alas”.
El dragón volador es un agámido de proporciones medias. Los ejemplares adultos pueden llegar a medir hasta veintidós centímetros desde la cabeza a la cola. Son fáciles de reconocer gracias a su piel de color tostado en la que se observan algunas manchas pardas. Existe dimorfismo sexual que se manifiesta en el color de las “alas” o patagio lo que facilita la identificación de la hembra y el macho. En los machos el patagium por lo general tiene un pigmento que va del canela al naranja intenso con bandas parduscas. En la hembra el patagio no cuenta con las bandas pardas, sino que tiene manchas o marcas con distribución irregular.
Los dragones voladores son conocidos principalmente por su habilidad para planear en el aire. Con frecuencia algunas personas creen que el dragón volador es un lagarto provisto de alas, lo cierto es que no es una criatura alada (como las aves o algunos insectos). En realidad, las “alas” dérmicas del dragón volador son unas extensiones laterales de piel que se conocen como patagia o patagium. Estos pliegos de piel tienen el soporte óseo de las costillas. Al ser una prolongación de las costillas y no existir locomoción aérea, su desplazamiento tampoco puede ser considerado como vuelo. Se le considera un planeador del tipo pasivo (como un paracaidista o practicante de ala delta). Algunos biólogos clasifican al draco volans como un lagarto que se desliza. Eso quiere decir que los dragones voladores pueden desplazarse en el aire sin tener que padecer los inconvenientes relacionados con el metabolismo y la aerodinámica, como ocurre con los otros animales que tienen un vuelo del tipo activo.
Los dragones voladores son animales diurnos que viven en los árboles la mayor parte del tiempo con excepción de la época de reproducción, que es cuando bajan para poner huevos. La pigmentación de las “alas” o patagia en los dragones voladores tiene un papel importante en el ritual de cortejo. Cuando llega la temporada de apareamiento los machos comienzan a exhibir sus pliegos de piel y a hacer demostraciones parar capturar la atención de las hembras. Después de la cópula la hembra abandona, de forma momentánea, su hogar en los árboles para poner los huevos en la tierra. Una hembra de dragón volador puede llegar a poner de cuatro a cinco huevos. Los huevos son depositados en un agujero que la madre cubre con sustrato y que vigila celosamente por veinticuatro horas. Las crías eclosionan a los treinta y dos días después de la puesta.
Estos lagartos se alimentan de hormigas. Algunos especialistas creen que la dieta del dragón volador podría estar compuesta por otro tipo de insectos, pero estudios recientes realizados en la Isla filipina de Mindanao han demostrado que los dragones voladores se alimentan de forma exclusiva de hormigas.
La especie Draco volans tiene un área de distribución bastante limitada. Se encuentran solo en los bosques lluviosos tropicales del sudeste asiático.