Cuco (Cuculus canorus)

El cuco es un ave algo menor que un gavilán, con el que a menudo se le confunde en vuelo. Mide entre 30 y 35 centímetros. Sus alas son largas y bastante afiladas. Las partes superiores son de un color gris azulado uniforme, la cola en negruzca con unas diminutas manchas blancas, garganta también gris y pecho y abdomen blancos con conspicuas barras transversales grises o pardas. El cuco macho y hembra son casi iguales, pero existe en eta ultima una fase rojiza, muy moteada, que es más escasa.

El pico es largo y fino;y las patas amarillentas.

Cada cuco parasita siempre a la misma especie de pajarillo y la coloración de los huevos que pone es similar a los de esa especie.

Como vive el cuco

El cuco es un ave muy tímida y escondediza, a la que es más fácil oír que ver, emitiendo su característico canto, “cu-cu”, que alegra los bosques en primavera. Permanece la mayor parte del tiempo posado en los árboles, pero tiene un vuelo potente y muy ondulado. Es un pájaro bastante solitario que sólo es posible verlo en grupo durante la emigración.

Donde vive el cuco

El cuco vive en bosques, setos o zonas abiertas, también en huertos, cultivos, carrizales y pastizales. Raramente por encima de los 1500 metros de altura.

Los cucos llegan a la Península a mediados de marzo. Frecuentemente por doquier en el paso primaveral, escasea luego en el Sur y el Este.

Que come el cuco

El cuco consume gran cantidad de insectos y sus larvas. Es de las pocas aves capaces de comer orugas peludas, tóxicas para la mayoría de los animales, incluido el hombre, como la procesionaria. También caza arañas, y en el suelo, escarabajos y ciempiés. Y en alguna ocasión devora los huevos y pollos de los pequeños pájaros a los que ha parasitado.

Como se reproduce el cuco

Como es bien sabido el cuco en una ave parásita, que deposita sus huevos en nidos de otras aves, en general pajarillos pequeños, como petirrojos, acentores, lavanderas, bisbitas o currucas. Por tanto, nunca construye nido. La hembra vigila el nido de su futura “niñera”, y aprovechando la ausencia de los padres, deposita uno de sus huevos. Este eclosiona mucho antes que los originales del nido y el pollo tiene fuerza de sobra para arrojar los otros huevos fuera, y a partir de ahí sus padres adoptivos se verán obligados por el instinto a alimentarlo, casi sin tregua, dada su enorme voracidad.