La Naja nigricollis o cobra escupidora de cuello negro es una serpiente venenosa centroafricana del grupo de ofidios Naja. Aunque son llamadas cobras de cuello negro el color de las escamas de estos reptiles varía en función de distintos factores. Algunos ejemplares son negros mientras que otros tienen las escamas de un color gris pálido bastante característico. Incluso es posible encontrar especímenes con tonos rojizos, amarillentos o marrones. Es común la presencia de ciertas franjas de color claro, sobre todo cerca del cuello. El tamaño de esta serpiente varía según la localización y las condiciones del hábitat, pero se trata de una cobra de tamaño medio que puede llegar a crecer un máximo de dos metros de largo.
Es una serpiente de temperamento nervioso y agresivo que puede atacar y escupir veneno si se siente amenazada. La especie tiene una gran capacidad para la adaptación y puede cambiar sus hábitos en función de las condiciones ambientales. Por eso, a diferencia de otras especies de cobra, la cobra escupidora de cuello negro no es una serpiente ni diurna ni nocturna, simplemente se mantiene activa en las horas en las que puede encontrar más comida y consumir menos energía. Es depredada por ciertas aves rapaces como las águilas.
Este ofidio africano puede expulsar veneno desde su mandíbula hasta siete metros de distancia. Se trata de una sustancia con potencial neurotóxico que puede causar irritación, dolor e inflamación al entrar en contacto con la piel (si el veneno de la cobra escupidora de cuello negro entra en contacto con los ojos puede causar ceguera permanente). La mordida de esta especie produce hemorragia externa, necrosis local y dificultad respiratorio. Su veneno no es tan letal como el de otras cobras.
Las cobras escupidoras de cuello negro son carnívoras y se alimentan principalmente de ratas, ratones, lagartijas y de algunas aves y sus huevos.
Una hembra de cobra escupidora puede poner hasta 22 huevos por temporada. Las crías salen del huevo a los setenta días de la puesta (si las condiciones ambientales son favorables). Al salir del cascarón las crías pueden medir hasta veinticinco centímetros y no necesitan los cuidados de la madre para sobrevivir.
La especie tiene un área de distribución bastante amplia sobre todo en la zona del África negra (toda la zona sur del desierto del Sáhara). Puede encontrarse en la franja meridional africana, en el centro, el oeste y el este de África, pero no tiene presencia en la zona boscosa que bordea las riveras del Río Congo. Se ha confirmado la existencia de la especie en los territorios de:
La cobra escupidora de cuello negro prefiere los hábitats secos, áridos y las planicies, pero también puede encontrarse en bosques y zonas altas con abundantes fuentes de agua. Gracias a su gran capacidad de adaptación la población de serpientes de esta especie se ha visto favorecida en aquellas zonas de Nigeria donde la densa selva tropical ha sido intervenida para convertirla en tierras agrícolas. Según los estudios más recientes el rango de localización de la especie ha aumentado conforme avanza la desertificación de ciertas áreas. Aunque se trata de una serpiente que pasa la mayor parte del tiempo en la tierra (prefieren esconderse en los arbustos, en las guaridas de otros animales como roedores, hormigas, termitas y en los troncos caídos) también tienen una gran habilidad para trepar y desplazarse entre los árboles.