El buitre leonado, denominado Gyps fulvus, es una rapaz perteneciente a la familia Accipitridae.
El buitre leonado es una rapaz de grandes dimensiones, que supera los 100 centímetros de longitud y los 250 centímetros de envergadura. Su peso oscila entre los 6 y 9 kilogramos. Este buitre tiene un aspecto inconfundible, su cuello y cabeza están desprovistos de plumas, pero cubiertos de un fino y denso plumón blanco-grisáceo, con una corona de plumas en la base del cuello que en los adultos es también blanca y en los jóvenes es de color cremosa.
Tiene el pico robusto y ganchudo y el iris del ojo dorado. Las patas son también robustas, de color gris azulado, rematadas por poderosas garras. El plumaje del dorso es leonado, más oscuro en las alas y la cola. La silueta en vuelo es muy característica y destacada por sus anchas alas, con las puntas muy recortadas y la cabeza muy pequeña.
Los buitres leonados suelen vivir en grandes colonias que se reúnen para comer, criar y dormir. Tiene un vuelo elegante y con mucha autonomía, se remontan a gran altura y dibujan amplios círculos ascendentes aprovechando las corrientes de aire caliente de tal manera que vigilan una vasta extensión de terreno en busca de alimento. Sin perderse de vista los unos a los otros, cuando un ejemplar avista la carroña, empieza a descender, y es imitado por los demás.
Los buitres leonados a pesar de su fama de sucios carroñeros, es un animal muy limpio, que dedica muchas horas a su aseo personal y que está inmunizado a coger enfermedades de los cadáveres que trocea.
El buitre leonado vive en una gran diversidad de espacios naturales, a excepción de bosques densos y marismas, con preferencia en zonas montañosas en las que abunden los riscos.
Estos buitres se distribuyen por Europa exactamente en la península ibérica, donde cuenta con su población más numerosa, y también en algunas zonas de Francia. Dentro de la península ibérica su extensión no es uniforme, por ejemplo, en Galicia no se encuentra el buitre leonado y es raro en el litoral catalán y valenciano, Baleares y Canarias.
El buitre leonado se alimenta de animales muertos, los que denominamos carroña. A la hora de acercarse a la pieza se estable un riguroso turno jerárquico. Mientras los primeros comen, el resto aguarda pacientemente. La sustitución del ganado por maquinaria ha llevado a estos animales al borde de la desaparición, pero hoy en día se está intentando subsanar con la implantación de comederos artificiales.
Los buitres leonados se reproducen en diciembre donde tiene lugar la parada nupcial y en febrero la hembra deposita el único huevo sobre un rudimentario nido construido en la piedra de las cornisas rocosas que es donde crían en colonias.