El armiño, Mustela erminea, es un bello mamífero mustélido de la familia de la nutria y también la comadreja con la que guarda aspecto bastante similar pero apreciablemente mayor.
Entre las características del armiño, esta su longitud, mide unos 25 cm de cabeza y cuerpo más unos 10 cm de la cola y puede pesar hasta 300 gramos, siendo los machos bastante más grandes que las hembras.
El armiño tiene el cuerpo muy delgado y estilizado y las patas cortas pero robustas. La cabeza también es pequeña, con el hocico algo pronunciado y las orejas redondeadas. En verano presenta un pelaje pardo leonado en sus partes superiores, que contrasta con el blanco puro de las inferiores. Los armiños según la latitud y la subespecie pueden llegar a ser completamente blancos en invierno. La punta de la cola es siempre negra.
Los armiños son activos de día como de noche, son unos animales muy ágiles capaces de trepar e incluso de nadar, que dan caza a sus presas gracias a su capacidad para pasar desapercibidos y sus rapidísimos movimientos.
Viven solos o en pequeños grupos. Los armiños tienen unas glándulas anales que emanan un característico olor almizclado, del que se valen para despistar a sus posibles depredadores.
Los armiños son animales que habían estado tradicionalmente muy perseguidos por el hombre para el aprovechamiento de sus bellos pelajes, pero que la instauración de granjas de cría ha frenado en mucho su captura. Esto también ha propiciado que muchas personas tengan al armiño como mascota, un error debido a que es un mustélido salvaje, casi indomable, y muy agresivo no apto como animal de compañía.
El armiño habita en bosques de montaña, praderas subalpinas y laderas rocosas casi siempre cerca de arroyos, y de forma excepcional en matorrales e incluso marismas.
Mustela erminea en la Península Ibérica queda restringido a áreas montañosas del norte desde los Pirineos a Galicia, siendo un animal escaso. Como todos los mustélidos es una especie protegida.
El armiño es muy voraz y da caza a una gran diversidad de piezas, desde pequeños pajarillos a conejos e incluso liebres, pasando por todo tipo de roedores y, en algunos casos hasta peces. También asalta nidos y en situaciones extremas, aves de corral.
Los armiños se aparean desde finales de verano, pero las crías no nacen hasta la primavera siguiente, tras una gestación de 30 días. Las 4 crías de que consta la camada no abandonarán la madriguera donde han nacido hasta pasados casi 3 meses, y a partir de entonces cazarán en grupos familiares.