Las arañas escupidoras son un grupo de arácnidos que forman parte de la familia Scytodidae. Estos artrópodos se encuentran distribuidos por todo el planeta (con excepción de las zonas polares). Las arañas escupidoras más comunes en las zonas urbanas con presencia humana son las de la especie Scytodes univittata y Scytodes thoracica.
La especie se caracteriza por contar con unas distintivas extremidades delgadas y alargadas. En el cuerpo de las arañas Scytodidae se observan dos segmentos claramente diferenciables unidos por un conector delgado. El segmento superior o cefalotórax tiene una forma circular y es más prominente que el fragmento que corresponde al abdomen. Pueden reconocerse por su color amarillento con unas particulares rayas pardas en la zona torácica. Los machos miden de tres a cuatro milímetros, mientras que las hembras miden de cuatro a cinco milímetros y medio. Estas arañas producen veneno gracias a unas glándulas situadas en el cefalotórax. Las glándulas venenosas de estos arácnidos escupidores, en especial los de la especie S. thoracica, tienen un alto nivel de desarrollo. De hecho, el veneno que producen es un compuesto formado por dos sustancias. Una sustancia tiene potencial tóxico, mientas que la otra es una sustancia viscosa, la unión de ambos compuestos produce una mezcla pegajosa que resulta letal para sus presas. La visión de estos arácnidos es bastante limitada, pero compensan su escaza capacidad visual con unos órganos sensoriales que se encuentran en las patas delanteras y que les ayudan a percibir la información del entorno.
Son unas arañas nocturnas y solitarias que se desplazan con lentitud buscando a sus presas con la ayuda de sus patas delanteras. Su forma de caza es bastante particular porque no tejen redes como suelen hacer las otras arañas que tienen una forma de cacería pasiva. Las arañas Scytodes cazan de forma activa de la siguiente forma:
Los arácnidos escitodes se alimentan de insectos como polillas, arañas, saltamontes, mosquitos y otras arañas. En ocasiones las hembras pueden llegar a comer sus propios huevos. Tienen la capacidad de capturar presas que las superan en tamaño y en fuerza, debido a que atacan a distancia disparando la tela contra su presa. También utilizan sus hilos de veneno pegajoso para defenderse si se sienten amenazadas.
Estas arañas son de comportamiento solitario y solo se unen con fines reproductivos. Los machos deben ser muy astutos al momento de acercarse a las hembras porque como en la especie la visión es muy pobre una hembra puede creer que el macho cortejante es una presa o un depredador. Se reproducen de forma sexual, después de copular la hembra deposita los huevos fertilizados en una especie de capullo que lleva en la zona ventral por dos o tres semanas hasta que las crías emergen. Las hembras cuidan a sus crías de forma activa hasta la primera muda y luego se alejan para comenzar sus vidas de forma independiente. Si se comparan con otras especies de arácnidos las arañas escupidoras tienen vidas largas (a diferencia de otras arañas los escitodes no mueren después de reproducirse). Un macho puede vivir de un año y medio a dos, mientras que las hembras pueden vivir de dos a cuatro años.
Aunque se encuentran en todos los continentes salvo en la zona ártica y antártica estas arañas tienen predilección por las áreas con climas tropicales o subtropicales. Los especialistas explican que si bien se encuentran arañas escupidoras en lugares con bajas temperaturas eso se debe a la presencia de estructuras construidas por el hombre que se mantienen cálidas durante todo el año. El hábitat natural de los arácnidos escupidores son los bosques, pero en las zonas urbanas se encuentran en los rincones oscuros, áticos, cobertizos, trasteros y despensas.