La araña de embudo australiana, Atrax robustus, pertenece a una familia de arácnidos endémicos de Australia, exactamente al suborden mygalomorphae, por lo que son familia de otras especies de arañas de embudo que habitan en los diferentes continentes. Son conocidas por ser de las especies más venenosas y mortales para los humanos, aunque gracias al antiveneno y a la atención médica rápida, se pueden evitar complicaciones por la mordedura. Desde su descubrimiento estas arañas permanecieron a la familia de arañas Hexathelidae, sin embargo, en el 2018 fueron agrupadas los 3 géneros endémicos de Australia en una familia llamada Atracidae, que está compuesta por un total de 35 especies diferentes.
La araña embudo de Sydney tiene un par de largos colmillos quelíceros, que utiliza para neutralizar a sus presas y a cualquier sujeto que suponga una amenaza, los humanos también entran en su lista de víctimas. El veneno que es inyectado por medio de sus colmillos, es conocido como atracotoxina delta y produce la destrucción del tejido nervioso. Es letal en primates y humanos, aunque esto depende del tamaño del sujeto mordido, del ejemplar de araña, de la cantidad de mordidas y del veneno que logre inyectar. El síntoma inmediato de la mordedura es dolor local y luego de 30 minutos (en adultos) se manifiestan el resto de síntomas, que incluyen: salivación, espasmos y contracciones musculares, dificultad para respirar, sudoración excesiva, edemas pulmonares, pérdida del conocimiento debido a la hipotensión que incluso puede causar la muerte. Las mordeduras de esta especie se deben tratar con rapidez debido a la toxicidad de su veneno. El veneno de los machos es mucho más letal que el de las hembras y además son los que mayores mordeduras provocan. El veneno de estos arácnidos solo es letal en insectos, primates y humanos. La potencia de los quelíceros es tal que se asemeja a 2 clavos afilados capaces de atravesar cualquier grosor de piel, ropa e incluso uñas.
Este arácnido tiene su propio antiveneno, el cual se debe suministrar con carácter de emergencia y requiere de hospitalización para controlar los síntomas provocados por las toxinas. Las dosis necesarias dependen del estado del paciente. Los niños requieren especial atención ya que al tener poca masa corporal el veneno suele provocar daños más rápidos. Para hacer una dosis de antídoto se requiere extraer el veneno de numerosas arañas de la misma especie, lo cual complica aun más la situación porque dependemos de la reserva que se tenga en un determinado hospital o centro especializado.
Miden entre 1-5 centímetros, aunque se han registrado ejemplares de hasta 8 centímetros de longitud. Son de colores oscuros como marrón, ciruela, negro o negro azulado. Tienen poco pelo, por lo que se puede apreciar su exoesqueleto brillante. Al igual que los demás arácnidos tienen cuatro pares de patas y un par de largos colmillos quelíceros con los que inyectan el veneno a sus presas. Los machos tienen el cuerpo más pequeño que las hembras, pero tienen las patas más largas.
La alimentación de la araña de embudo australiana se basa en insectos, aunque también cazan pequeñas lagartijas y ranas que entran en su tela de embudo. El método de caza consiste en esperar escondidas dentro del agujero pequeño del embudo, así dejan que cualquier insecto suba en la parte amplia de la tela, para luego salir a atacar hasta inmovilizarlo y por último guardarlo en el agujero del embudo para comérselo.
Son endémicas de Australia y se encuentran con mayor frecuencia en Sydney, pero se extienden por toda la costa norte, central y sur. Los hábitats preferidos por esta especie son lugares con tierra húmeda como bosques, debajo de rocas o en troncos de árboles caídos en los que pueden abrir un agujero para vivir y construir la tela con forma de embudo. En época de lluvia cuando sus madrigueras se inundan salen a buscar refugio en árboles o casas, aunque pueden estar bajo el agua hasta 24 horas.
Durante la temporada de verano y otoño los machos salen en busca de hembras para aparearse, por ello pueden encontrarse con frecuencia en patios, jardines y en interiores de las casas. Los machos tienen una pierna modificada con un espolón de apareamiento que les permite sujetarse a su pareja. La hembra pone alrededor de 100 huevos y crea un saco que carga consigo hasta que eclosionan las crías. Las arañas jóvenes abandonan a su madre pasados unos meses para iniciar su propia madriguera, alcanzarán la madurez sexual a partir de los 3-4 años y viven alrededor de 10 años en el caso de las hembras, los machos suelen vivir la mitad de tiempo.