Aunque se les llame de manera coloquial arañas de mar, la realidad taxonómica rebela que los picnogónidos son artrópodos marinos, los cuales todavía guardan muchos secretos que esperan a ser descubiertos, pero que realmente no forman parte del mundo de los arácnidos, sino que tienen una gran similitud física con ellos, por su pequeño cuerpo y patas finas larguísimas. La araña de mar evolucionó de forma distinta por lo que terminó siendo agrupada en otra clase denominada Pycnogonida que identifica a especies con numerosos rasgos únicos. Esta clase a diferencia de otras categorías taxonómicas con los que comparte filo, no posee antenas, por lo que se incluye dentro de los peculiares quelicerados. Las arañas de mar son animales marinos que carecen de columna vertebral, es decir, son invertebrados del grupo de los artrópodos.
Al utilizar el término araña de mar gigante, casi siempre se está haciendo referencia a la Pycnogonida, ya que algunos de estos ejemplares superan los 80cm. Sin embargo, no todos los picnogónidos son imponentes, algunos ni siquiera llegan a medir un centímetro.
La peculiar araña de mar, tiene un cuerpo que está compuesto por una parte anterior o prosoma, formada por el tórax y la cabeza, y un abdomen u opistosoma que representa el segmento posterior. El prosoma básicamente contiene las estructuras anatómicas con la que esta especie puede alimentarse. Empezando por una especie de boca alargada, muy fuerte y musculosa, que se encarga de succionar lo que se ingiera. La parte posterior del esqueleto de la araña de mar u opistosoma, es desde donde nacen u originan las patas marchadoras.
Las patas locomotoras o marchadoras son bastante grandes si se comparan con el ancho y la longitud del tronco en sí. La araña de mar suele tener 4 pares de patas largas que nacen de las pretuberancias laterales de su fino y pequeño cuerpo. La cantidad de extremidades también puede cambiar dependiendo del ejemplar, encontrándose picnogónidos de ocho, diez, o doce miembros. También los machos de algunas especies poseen un par de patas que no se utilizan para el desplazamiento, son las denominadas patas ovígeras, extremidades que se utilizan para otras funciones, como, por ejemplo, actuar como sensores o en época reproductiva transportar los huevos.
Los miembros inferiores son tan representativos de la Pycnogonida, que incluso lo que es el intestino, así como las glándulas genitales, se proyectan y desarrollan ampliamente en el interior de cada uno de estos.
En cuanto al tamaño de la araña de mar, como ya se mencionó, estas pueden tener diferentes medidas, desde milímetros hasta numerosos centímetros. Pero en general, los picnogónidos de mayor tamaño, que incluso superan los 50cm, son aquellos que viven a mayor profundidad marítima, como es el caso de las arañas de mar antárticas, por ejemplo, Pycnogonum decalapoda y Nymphon, que habitan bajo el hielo del mar.
El color de este artrópodo marino es variable, lo más común es transparente en diversos grados dependiendo de la especie, pero también existen muchas especies de color blanco. Las arañas de mar abisales suelen tener un color rojizo.
La dieta de la araña de mar es tan variada como oportunista, debido a que son animales marítimos que rastrean el fondo marino, actúan a modo de carroñeros, devorándo las sobras que otros dejan. Sin embargo, también pueden ir de cacería, utilizando como arma su musculosa trompa.
Lo normal es que, cuando seleccionan a una posible víctima a atacar, esta sea alguna especie que habita en el fondo marino, o aquellas adheridas firmemente a las rocas o flora del mar, suelen ser briozoos, esponjas o hidroideos. Otras especies minoritarias se alimentan de detritos. Para alimentarse, una vez muerto el animal, succionan sus tejidos con los quelíceros y acto seguido los pasan a su boca, situada en la probóscide, donde comenzara la digestión.
A pesar de que existe una especie de araña de mar en la cual no hay diferenciación del género, esto solo es una excepción a la regla. En general, casi la totalidad de los picnogónidos se dividen en hembras y machos, y estos se necesitan mutuamente para tener crías.
Sin embargo, la reproducción de la araña de mar no depende de la unión de cuerpos mediante el acto sexual, sino que esto ocurre de manera externa. El proceso es sencillo, las féminas dejan salir los huevos al mar, los machos les añaden el esperma para fecundarlos y los recoge pegándolos en la 4ª articulación de cada pequeña pata ovígera.
Estos últimos son quienes se encargan de los cuidados y protección de las futuras arañas de mar, transportándolas dentro de sus ovígeros, una estructura del prosoma diseñada para este fin. Las arañas marinas macho acompañan a las larvas hasta que estas alcanzan la madurez para vivir solas. Las mismas van creciendo mediante procesos metamórficos, pudiendo desarrollarse de manera libre, o en algunos casos, se convierten en parásitos para poder culminar su crecimiento.
Finalmente, los huevos eclosionan en larvas que tras varias mudas se convierten en pequeñas pero desarrolladas arañas de mar.
La araña de mar como indica su nombre habita en ambientes marinos y a distintas profundidades. Desde el lecho marino hasta la zona intermareal (más cerca de la superficie) podemos encontrar distintas especies de la clase Pycnogonida, es por eso que son capaces de llevar su vida a 4.000 metros de profundidad y algunas de ellas habitan a distancias más extremas como a 7.000 metros de profundidad en las heladas zonas abisales. Esto nos indica que las arañas de mar viven en distintos tipos de condiciones desde mares de aguas cálidas, zonas costeras de poca profundidad donde las especies tiene un tamaño tan pequeño que difícilmente se ven, hasta los fondos marinos más profundos y fríos.