Los anfioxos son unas criaturas marinas de la clase leptocardia también conocidos como cefalocordados fácilmente reconocibles por su cuerpo alargado. De estructura simple permite identificar las características básicas de los cordados, algunas fácilmente identificables en los humanos. Son animales con apariencia de los cordados más primitivos y viven en aguas poco profundas cercanas a la costa de zonas tropicales y templadas.
Los anfioxos son unos animales cefalocordados de nado libre que se encuentran en las costas, en el sustrato arenoso poco profundo. También se les conoce comúnmente como pez lanceta, pero esta es apenas una especie (Branchiostoma Lanceolatum) de las treinta y tres que existen en el subfilo cefalocordado. Otra especie conocida del subfilo es el Branchiostoma Caribaeum o anfioxo caribeño. Los animales del género branchiostoma son de gran interés para los científicos que se encargan de estudiar la evolución de la vida en el planeta, los biólogos afirman que los cefalocordados pueden ayudar a comprender el proceso evolutivo de los seres vivos, especialmente la transición de criaturas invertebradas a criaturas vertebradas. Estos animales están asociados con fósiles muy antiguos, específicamente con los que se conocen como Pikaia, un género de animales extintos que se cree fueron los primeros cefalocordados que vivieron hace más de quinientos millones de años.
La denominación científica Cephalochordata viene de las voces griegas cephalo y chordata que significan cabeza y cuerda y hacen referencia directa al cordón que recorre a estos animales y a la cefalización o presencia de la cabeza. Los anfioxos cuentan con muchos rasgos y características de los peces modernos o de desarrollo más reciente, pero son considerados un tipo de pez primitivo pues, aunque hay similitudes fisionómicas los órganos de los anfioxos tienen un nivel distinto de especialización, por ejemplo: sus branquias no sirven para respirar y en su flujo sanguíneo no se encuentra hemoglobina (que resulta vital para que la sangre pueda hacer el correcto transporte del oxígeno).
Las características de los cefalocordados han sido estudiadas desde el siglo XIX por distintos científicos y biólogos. Los primeros científicos en estudiar y describir la anatomía de estos animales trabajaron sobre ejemplares adultos, posteriormente otros científicos lograron describir a los anfioxos en su fase larval. El primer rasgo anatómico característico de estas criaturas es su tamaño, los anfioxos son criaturas muy pequeñas. Pueden medir de dos centímetros y medio a ocho centímetros. Los más grandes son los de las especies Branchiostoma lanceolatum y Branchiostoma belcheri. El cuerpo de estos animales es transparente y puede recordar al cuerpo de los peces, aunque no cuentan con aletas ni con otros apéndices visibles, salvo una cola con una aleta caudal poco desarrollada, lo que explica la escaza habilidad que estas criaturas tienen para el nado.
Otra particularidad de los cefalocordados es que su cuerpo está compuesto por un material bastante parecido al cartílago, pero no cuentan con una estructura ósea o esqueleto. Por esta razón el nervio cordal no está protegido por hueso, como suele ocurrir con los animales vertebrados. Como carece de protección ósea el hilo nervioso dorsal de los anfioxos está rodeado por una estructura simple formada por un conjunto de células apiladas de forma cilíndrica. En las criaturas vertebradas el nervio cordal o columna vertebral no llega a la cabeza, pero en los anfioxos sí y justo en la zona que corresponde a la cabeza el nervio es más grande. Algunos creen que esa porción del nervio dorsal de los cefalocordados es un cerebro, pero los científicos explican que se trata solo de una porción de estructura nerviosa, no de un cerebro. Aunque existen muchas diferencias anatómicas entre los vertebrados y los cefalocordados los biólogos señalan que en ambos filos hay cuatro características comunes, a saber:
Estos animales tienen una forma de alimentación peculiar, pues son filtradores inactivos. Esto quiere decir que su tipo de alimentación es pasiva, no se mueven para conseguir su alimento, de hecho, los cefalocordados suelen enterrar la parte posterior de su cuerpo en la arena, dejando solo al descubierto la zona delantera donde se encuentra el filtro con el que extraen el alimento del agua. Pese a la inmovilidad de su sistema de alimentación tienen una dieta variada compuesta por:
En los anfioxos ocurre lo que se conoce como gonocorismo lo que quiere decir que hay individuos con distintos sexos (machos y hembras). La reproducción de estos animales es del tipo externa, tanto el macho como la hembra liberan los gametos en el agua de forma simultánea. En las distintas especies la temporada de reproducción varía, pero el periodo de apareamiento en la mayoría de los casos ocurre entre la primavera y el verano. Los estudiosos de la reproducción de estos animales han encontrado que el desarrollo embrionario de un anfioxo recuerda a las primeras fases del desarrollo de los vertebrados. Las larvas de los cefalocordados cuentan con una estructura física similar a la de los ejemplares adultos, pero se diferencian porque tienen una distribución asimétrica más sencilla.
Los anfioxos pueden encontrarse en las zonas arenosas de las costas de los mares templados y tropicales del planeta. Suelen permanecer inmóviles enterrados en la arena por mucho tiempo. Solo dejan su escondite si son perturbados. Si sienten alguna perturbación o amenaza los anfioxos salen de su refugio y se desplazan nadando hasta otro lugar cercano donde vuelven a enterrarse a medias en el sustrato arenoso.